Lo amaban Yves Saint Laurent y Emanuel Ungaro, sabe a París, de rive gauche, de un toque de locura. Finalmente lo volvemos a ver en la pasarela y por la calle, y es sensualidad en estado puro. Se seduce con armas diferentes: tonalidades suaves para Rochas y Valentino; selección años 80 para Trussardi, Gucci y Ferragamo.