Halloween ya es una tradición y no tiene término medio o se ama o se odia en cuanto a lo que a mí se refiere desde que tengo a Inés y a José Manuel es un momento muy bonito que adoro compartir con ellos.
Algunos días antes empezamos a elegir los disfraces para ellos y el 31 por la tarde empezamos durante horas a maquillarnos todos juntos. Me gusta hacerles bromas por ejemplo finjo haber perdido la capa de pequeño esqueleto de Inés (este año hemos elegido este tema al estilo de Tim Burton) o me las ingenio para que José Manuel encuentre en los sitios más improbables esos animalillos tan horribles que él adora.
Por la noche como de costumbre siempre vamos a casa de una amiguita y vecina de Inés a comer una pizza y después todos juntos grandes y pequeños salimos a dar una vuelta por nuestro barrio entre los olores de chimenea y el olor a castañas asadas.