El camel se une al rosa para dar vida a un nuevo tono, el nude declinado en miles de tonos, todos muy sensuales. Está además el butter, el verdadero nude, muy claro y ligero; el toast, más caramelo e intenso; el copper tan, un poco naranja, un poco rosa perfecto solo para las morenas; por último el otter que es el color fango, influenciado por el sabor green. Trajes retro, tejidos ligeros y detalles preciosos: la feminidad de estos tonos es dulce, delicada y algo soso, y permanece aunque menos acentuado en suaves trajes masculinos. En Lanvin, Rochas, Jil sander